Empiezo esta entrada sin saber muy bien cómo llamarlo. El chico de los recados, Álvaro de la Rocha o sencillamente nuestro Álvaro.
Cuando lo vi por primera vez en televisión despertó en mí un mundo de inquietudes, de horizontes que hasta ahora solo centraban al emprendedor en el mundo de las nuevas tecnologías. Combinar innovación, tradición, sostenibilidad y el arte de la calle, de saber vender, el marketing de verdad.
Si usted necesita llevar su compra a casa, llevar un paquete a cualquier parte o quitar ese viejo trasto que no sabe dónde meter, no es un problema Álvaro se lo quita antes de que un polo se derrita a las tres de la tarde en nuestra querida Cartagena.
Además, me van a permitir que lo llame maestro de todo, del mundo de la empresa, del emprendimiento pero también de pulir sueños, de darle forma y transformarlos en realidad. Álvaro se ha ganado un hueco en nuestro charco, también en nuestros corazones y sobre todo el respeto del mundo de la empresa.
Nuestro chico de los recados ha reinventado un negocio que parecía muerto, ha dado un enfoque esencial a aquello que la sociedad hoy reclama. Un triciclo electrónico, toneladas de ilusión y la satisfacción de ver que los sueños se cumplen si despiertas.
Gracias por mojarte en nuestro charco.
Cuando lo vi por primera vez en televisión despertó en mí un mundo de inquietudes, de horizontes que hasta ahora solo centraban al emprendedor en el mundo de las nuevas tecnologías. Combinar innovación, tradición, sostenibilidad y el arte de la calle, de saber vender, el marketing de verdad.
Si usted necesita llevar su compra a casa, llevar un paquete a cualquier parte o quitar ese viejo trasto que no sabe dónde meter, no es un problema Álvaro se lo quita antes de que un polo se derrita a las tres de la tarde en nuestra querida Cartagena.
Además, me van a permitir que lo llame maestro de todo, del mundo de la empresa, del emprendimiento pero también de pulir sueños, de darle forma y transformarlos en realidad. Álvaro se ha ganado un hueco en nuestro charco, también en nuestros corazones y sobre todo el respeto del mundo de la empresa.
Nuestro chico de los recados ha reinventado un negocio que parecía muerto, ha dado un enfoque esencial a aquello que la sociedad hoy reclama. Un triciclo electrónico, toneladas de ilusión y la satisfacción de ver que los sueños se cumplen si despiertas.
Gracias por mojarte en nuestro charco.